jueves, 22 de octubre de 2009

Depender de Dios

Qué dificil es? realmente es un proceso el lograr la total dependencia de Dios, por naturaleza queremos controlar todo! todo! en nuestras vidas, y que mejor que Dios tenga el control de ella!

Cuantas veces no hemos repetido o recordado el versículo de Romanos 5:28 ¨Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien..." Pero no nos damos cuenta que una palabra clave es "AMAN" ... los que aman a Dios, es decir, que si amamos a Dios las cosas siempre serán a nuestro favor (aunque no lo parezcan) porque él esta a nuestro cuidado... mmm.... Amar no es solo querer, no sólo es respeto o amor, sino también requiere de CONFIANZA... no? entonces si AMAMOS a Dios, confiamos en él y por lo tanto, lo que el permita en nuestra vida lo aceptamos porque nos favorece, nos conviene.

Confiar en Dios no sucede de la noche a la mañana... es un proceso dónde interviene tu fe en él; sabiendo que el hará lo mejor para ti... y siempre he pensado que para confiar en alguién... tienes que CONOCERLO lo suficientemente como para CONFIARLE tus cosas.

Entonces, realmente conocemos a Dios? Conoces lo que Él pide de ti? Conoces lo que ÉL quiere formar en ti?

3 comentarios:

  1. En verdad es tan importane aprender a depender de Él, no mirando nuestras circunstancias, porque hay que saber que todas ellas son sujetas a cambio, sin embargo, Él es ETERNO no hay sombra de variación en Él, y si ha prometido estar con nosotras, siempre, así es y así será. Alabado sea su nombre! bendiciones.
    Karina Orozco

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  2. Karina.. Bendiciones!
    Dios siempre esta con nosotros!! y el no es variante como nosotras jajaja! verdad? A el no le interesa nuestra comodidad sino que le interesa nuestro crecimiento en ÉL!!!
    Saludos..
    Gracias por escribir!!

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  3. Grandioso es poder confiar en él para todo y todo el tiempo!

    Gracias por realizar un espacio tan especial y motivador, que te inyecte aliento y tranquilidad para poder compartir con otras personas lo maravilloso de nuestro Señor.

    Déborah Renata
    Mil bendiciones

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